No estoy de acuerdo. Yo creo que hay un instante al principio en que tienes un momento de lucidez y decides si dejas que algo ocurra o no. Decides si te enamoras, si te dejas llevar o no. Después ya no puedes controlarlo.
Por eso toda relación está condenada al éxito o al fracaso desde el principio, independientemente de cómo se desarrolle. Porque en su fuero interno cada uno decide (porque sí, sin ningún motivo aparente, es un proceso parecido al de las primera impresión que te preoduce alguien) hasta dónde va a llegar esa relación. Y da igual lo que haga el otro. No podrá cambiar ese presupuesto de partida.
Si un fulano decide a los tres segundos de conocerte que algún día serás la madre de sus hijos, probablemente será así (dando por hecho que nosotras estemos de acuerdo, que esa es otra). Y si decide que no llegaréis a nada, no llegaréis a nada. Y si no lo tiene claro, pero le gustas y quiere probar, probablemente tampoco llegará a nada porque en el fondo está esperando a esa que a los tres segundos de verla se diga que será la madre de sus hijos. Cuando la encuentre, te deja. Da igual si lleváis casados cinco años, o saliendo tres meses.
Todas esas decisiones están tomadas, sin saberlo, desde el principio. Y el resto del tiempo uno se dedica a ponerse zancadillas o a trabajar para que ocurra.
Está todo escrito, sí; pero lo escribimos nosotros. Un guión del que nunca nos salimos, aunque no seamos conscientes de que está ahí.
Hay quien tiene el poder de ver y decidir. Pero a quien está a merced de decisiones, ajenas o propias, algo emocional le toma el mando. Y esa introspección puede tardar demasiado.
Yo estoy totalmente de acuerdo con Nuala en esto.(Y que no le asuste que lo diga :) ). Yo siento desde le primer momento, que sí o que no, incluso si será sí o no por parte de otra persona. Y da igual lo que se intente hacer o decir a posteriori. Es marear la perdiz. No emplearía la palabra "decisión". Yo lo interpreto como intuición. Pero existe ese momento. Claro que sí. Y "porque sí". Sin más.
5 Comments:
No estoy de acuerdo.
Yo creo que hay un instante al principio en que tienes un momento de lucidez y decides si dejas que algo ocurra o no. Decides si te enamoras, si te dejas llevar o no. Después ya no puedes controlarlo.
Por eso toda relación está condenada al éxito o al fracaso desde el principio, independientemente de cómo se desarrolle. Porque en su fuero interno cada uno decide (porque sí, sin ningún motivo aparente, es un proceso parecido al de las primera impresión que te preoduce alguien) hasta dónde va a llegar esa relación. Y da igual lo que haga el otro. No podrá cambiar ese presupuesto de partida.
Si un fulano decide a los tres segundos de conocerte que algún día serás la madre de sus hijos, probablemente será así (dando por hecho que nosotras estemos de acuerdo, que esa es otra).
Y si decide que no llegaréis a nada, no llegaréis a nada.
Y si no lo tiene claro, pero le gustas y quiere probar, probablemente tampoco llegará a nada porque en el fondo está esperando a esa que a los tres segundos de verla se diga que será la madre de sus hijos. Cuando la encuentre, te deja. Da igual si lleváis casados cinco años, o saliendo tres meses.
Todas esas decisiones están tomadas, sin saberlo, desde el principio. Y el resto del tiempo uno se dedica a ponerse zancadillas o a trabajar para que ocurra.
Está todo escrito, sí; pero lo escribimos nosotros. Un guión del que nunca nos salimos, aunque no seamos conscientes de que está ahí.
(ay, qué complicado es todo)
En el clavo, como siempre.
nuala, no estoy de acuerdo. no decides, a no ser que controles absolutamente todo. y eso, francamente, me parece casi imposible.
dosdedos, litmoon... tampoco es tan radical. imagino que siempre se puede domesticar un poco... o eso espero.
Hay quien tiene el poder de ver y decidir.
Pero a quien está a merced de decisiones, ajenas o propias, algo emocional le toma el mando.
Y esa introspección puede tardar demasiado.
Yo estoy totalmente de acuerdo con Nuala en esto.(Y que no le asuste que lo diga :) ).
Yo siento desde le primer momento, que sí o que no, incluso si será sí o no por parte de otra persona.
Y da igual lo que se intente hacer o decir a posteriori. Es marear la perdiz.
No emplearía la palabra "decisión". Yo lo interpreto como intuición. Pero existe ese momento. Claro que sí. Y "porque sí". Sin más.
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